El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por un patrón persistente de inatención y/o impulsividad que interfiere con el funcionamiento de la persona. En el caso de obtener el diagnóstico en la adultez, hay que tener en cuenta que la persona ha vivido toda su vida sin saber que tenía TDAH, con las posibles consecuencias que esto acarrea.
Síntomas del TDAH en adultos: ¿cómo diferenciarlo de otros trastornos?
Entre los rasgos del TDAH en adultos, o los síntomas para detectarlo, encontramos los siguientes:
Relacionados con la Inatención:
- Dificultad para concentrarse o mantenerse enfocado en tereas o actividades.
- Dificultades para organizar el tiempo o las tareas.
- Olvidos frecuentes.
- Tendencia a distraerse.
- Dificultad para seguir instrucciones o realizar secuencias de pasos en el orden establecido.
Relacionados son la Hiperactividad/Impulsividad:
- Inquietud interna, con una necesidad constante de moverse de un lugar a otro o mover una parte del cuerpo.
- Tendencia a hablar en exceso o interrumpir a los demás.
- Toma de decisiones precipitadas sin considerar consecuencias a largo plazo.
- Baja tolerancia a la espera.
En adultos, el TDAH puede dar lugar a problemas laborales y dificultades en las relaciones interpersonales. Además, puede llevar a la persona a desarrollar una baja autoestima, estrés y ansiedad. Así mismo, las personas que han recibido un diagnóstico tardío pueden presentar diversos problemas emocionales, ya que el no saber de dicha condición, los ha llevado a pensar que había algo malo en ellos, alimentando mucho su autocrítica, de la cual es difícil desprenderse al día de hoy aun sabiendo que tienen TDAH.
Terapias psicológicas para el TDAH en adultos
Cuando uno busca en internet “TDAH adultos tratamiento” puede encontrar una variedad infinita de estos. A continuación, vamos a destacar varios:
- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): ayuda a desarrollar habilidades para organizar tareas, gestionar tiempo y controlar la impulsividad.
- Terapia de Conducta: utiliza sistemas de recompensa para fomentar comportamientos deseados y disminuir no deseados.
- Mindfulness: ayuda a mejorar la atención y reducir la impulsividad mediante técnicas de meditación.
- Terapia Familiar: ayuda a los miembros de la familia a entender el TDAH, mejorar la comunicación y desarrollar técnicas de apoyo para la persona.
- Terapia Focalizada en la Emoción (TFE): esta terapia es especialmente útil en adultos que han obtenido un diagnóstico tardío del TDAH, ya que ayuda a reducir el alto nivel de crítica, fomenta la autocompasión, y facilita que la persona sea capaz de tomar sus propias decisiones y busque la vida que desea vivir sin necesidad de que otros le impongan el cómo debe vivir ni las decisiones que debe tomar. Además, es una terapia que te ayuda a mejorar la relación con las emociones, facilitando el que puedan gestionarlas de forma más efectiva.
¿Por qué ocurren los ataques de ira en adultos con TDAH?
Existen múltiples motivos por los cuales los adultos con TDAH pueden tener ataques de ira constante:
- Sobrecarga sensorial y emocional: la sensibilidad hacia estímulos externos o emociones propias puede generar estados de ira.
- Frustración: las dificultades para adaptarse a las demandas del entorno pueden generar frustración en los adultos con TDAH.
- Problemas de autoestima y autocrítica: la sensación de que todo lo haces mal puede dar lugar a un estado de hipersensibilidad constante, donde, cada vez que sientes que alguien te juzga por algo, tu forma de reaccionar es a través del enfado al ser un tema que te afecta.
- Estrés y ansiedad: estos estados también pueden generar hipersensibilidad frente a cualquier cosa que pasa, pudiendo reaccionar con enfado.
- Dificultades en la regulación emocional: la dificultad o incapacidad para gestionar las emociones también puede llevar a un estado de enfado e ira constante.
Técnicas de organización y planificación para adultos con TDAH
- Uso de Agendas y Calendarios para organizar el tiempo y las tereas del día a día. Además, es recomendable el uso de un calendario digital que te permita ponerte recordatorios.
- Mantener el espacio (trabajo, escuela, hogar, etc) ordenado, de forma que te sea más fácil identificar cada cosa en su lugar.
- Establecer una serie de rutinas y hábitos, e intentar que cada actividad siga un horario y frecuencia constante. Por ejemplo, poner una hora al día para el ocio, otra para el ejercicio, etc. Es importante además disponer de espacios para descansar y pasar tiempo con uno mismo.
- Disponer de un espacio libre de distracciones como el móvil, facilitando el focalizar la atención.
- Delegar trabajo y pedir ayuda, ya que en muchas ocasiones no podemos hacerlo todo solos y necesitamos reducir la carga de trabajo, de forma que el que sí tengamos que hacer, lo realicemos de la forma más eficiente posible.